IBERDROLA, DEPORTE Y MUJER
Deporte, mujer, Iberdrola y la Constitución
Las televisiones de los gimnasios no tienen sonido y lo que dicen quienes hablan se ve en unos rótulos. Eso es una buena idea porque así pueden poner música ambiental hortera que acompañe tu esfuerzo. A mí me da igual, casi me viene bien, porque estoy bastante sordo y la música apenas la oigo, pero sin embargo me entero de lo que pasa en la tele. Viene al caso que el otro día había un hombre que no conocía haciendo un excelente discurso sobre las mujeres y la necesidad de incorporarlas al deporte. Claro, pensé, ahora que se habla tanto de cumplir la Constitución y mandan a los guardias a aporrear a los que no la cumplen, el gobierno se ha puesto manos a la obra en el cumplimiento del artículo 43.3 que dice eso de que “los poderes públicos fomentarán la…, educación física y el deporte…” y que nunca había visto que lo hicieran.
Según iba avanzando el discurso se iba imponiendo en la pantalla el fondo del escenario del conferenciante: IBERDROLA, IBERDROLA, IBERDROLA… ¡Ah! Caí de un burro (o de una excéntrica, que es donde estaba subido). Quien muestra tanto afán en el deporte femenino no es el Estado sino la empresa que ilumina mi casa (mi mujer también, que quede claro).
Me pasé de la excéntrica a la cinta de correr, esa que como il treno, nei mei pensieri all’incontrario va (Celentano dixit). No miran por la gente, si miraran por la gente dedicarían sus ganancias a la investigación para abaratar la factura de la luz, no dejarían sin corriente a los pobres y no se apoderarían de la energía solar.
Como la lucha con la cinta que corre en dirección contraria a la mía no me permitía tomar apuntes sobre la marcha, recurrí en internet a, Iberdrola deporte mujer. Entonces supe que es un programa conchabado (4ª acepción) con el Consejo Superior de Deportes, con el que “Iberdrola se sitúa a la vanguardia del apoyo al deporte femenino”. Luego la retahíla de: fuente de valores, salud, igualdad, justicia. “En Iberdrola impulsamos a la mujer a través del deporte como nunca nadie lo ha hecho hasta ahora”. Seguramente tienen razón y da miedo ver el derecho constitucional al deporte en manos de Iberdrola.
“Ellas la gran fuerza de la naturaleza”. Miré a una mujer muy necesitada de ejercicio (y que puede pagarse un gimnasio) luchar con los pedales de una bicicleta estática y comprendí que estaba conectada a una dinamo y que la energía que todos producíamos moviéndonos sin ir a ninguna parte, la vendía Iberdrola a tanto el kilovatio. Esto último es parte de una pesadilla.
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