Escrito por Luis Antolín el Publicado en JUEGOS Y JUGADORES.

Kenize Mourad

De parte de la princesa muerta

Narra la peripecia de la princesa Selma, la madre de la autora del libro, musulmana, hija de sultana otomana en Turquía que, en 1923 (Revolución y fundación de la República de Turquía) se exilió a Libia hasta finales de los años treinta del siglo XX. Después fue Maharaní, esposa del Rajá de Badalpur, en la India en los años cuarenta, mientras se gestaba la independencia del país. Luego se exilia a París, justo cuando va a empezar la Segunda Guerra Mundial.

He leído este libro como una lectura de verano, tumbado en una hamaca y con el auxilio de la Wikipedia, porque la novela biográfica se sitúa en varios momentos de la historia que yo desconocía. Me resultó apasionante. Lo que no esperaba era encontrar referencias al deporte y las hay, concisas y bien claras, del papel que juega en la sociedad. Pero sobre todo hay referencias al juego, una teoría muy interesante para quienes ven el origen del deporte en la guerra, o más bien en la política. Vamos por partes:

Las sociedades deportivas en el periodo entreguerras.

Ya comentamos, en otras entradas de este blog, la contribución de las sociedades deportivas al estilo de vida fascista en la Alemania de los años treinta. Pues bien, en 1936 Libano es un protectorado francés y Beirut es considerada “El París del Líbano”, una ciudad abierta y cosmopolita que comienza a sufrir la tensión prebélica (En 1936 Mussolini invade Etiopía y ambiciona Libia) que dará origen a la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto hablan dos personajes del libro (:340):

“¡Otra vez las milicias de Gemayel hijo! Francamente, desde que fue a los Juegos Olimpicos de Berlín, no se para en nada.

¿Sabes cómo les llaman? ¡Las Falanges! Mussolini es su héroe. Pretende que su asociación es únicamente deportiva con fines sociales, aunque en realidad quiere organizar a los jóvenes libaneses según el modelo de las juventudes fascistas, una juventud pura y dura, ultranacionalista”

Efectivamente, Pierre Gemayel no fundó una asociación deportiva, sino un partido fascista (Falanges Libanesas) que tuvo como modelo La Juventudes Hitlerianas y Falange Española y se ha ido adaptando a los tiempos para mantener el poder. El deporte tiene muchas utilidades.

La distensión por el deporte

En la India de la década de 1940, en un corrillo de una reunión en la que se encuentra la alta sociedad, indios, otomanos e ingleses, se roza el tema de las fricciones entre hindúes y musulmanes, se deriva hacia la necesaria independencia de la India y la Maharaní Selma quiere hablar de los derechos de las mujeres. Entonces el Gobernador ingles ataja,

¿Y qué pensáis del último partido de polo?

El polo, claro, se habían olvidado del polo. Todos se apasionan y el gobernador olvida su mal humor”.

Origen bélico y político del deporte

Con la razón religiosa y el ocio, una de las teorías más aceptadas sobre el origen del deporte, es el de la guerra. En la guerra de Troya se fundamenta el origen de las Olimpiadas. Aunque a mí me gusta la idea de que no es en la guerra sino en las narraciones de Homero de la guerra de Troya. En este libro se propone un origen político e intereses de manipulación del pueblo y las masas.

En el contexto de una narración sobre el carácter del pueblo de Lucknow, en India, se habla sobre deportes tradicionales, sus razones, su necesidad y su carácter. Son párrafos demasiado largos para transcribirlos, lo mejor es leerlo, y de paso el libro entero. Este es mí resumen,

¿Qué os parece este juego princesa?... Combates de codornices… Las codornices son pacíficas, volverlas agresivas requiere entrenamiento y mucho talento para convertirlas en animales fuertes y belicosos. La princesa Selma se sorprende ¿No hay suficientes animales que combatan por instinto?

Resulta una incongruencia para la idiosincrasia del juego: “Todo arte consiste, no en seguir los dictados de la naturaleza, sino justamente en cambiarlos” Es una vulgaridad hacer luchar a dos enemigos naturales, eso es solo fuerza bruta. “Hacer que se peleen dos amigos, dos aliados, eso sí que es arduo y mucho más excitante”.

La princesa Selma, comprende que está hablando, no de codornices, sino de seres humanos y de política y dice que es una perversión. Su interlocutora le da la razón: “Esto tiene la ventaja de ahorrarnos el ridículo y el mal gusto de pelearnos por ideas que se abandonan de un día para otro”. Es un juego como cualquier otro ¿Decadencia de una aristocracia agotada? De ninguna manera

Entonces aclara que los indigentes y los pobres, que no pueden dedicar dinero a gallos ni codornices apuestan en peleas de huevos. Así de simple: enfrentan dos huevos, los empujan y el que casque, pierde.

“Los ingleses creen que están locos, que sería preferible que se comieran los huevos antes de estropearlos de esa manera. No comprenderán jamás a nuestro pueblo”.

Alguien más sabio que yo podrá sacar consecuencias de esta narración. Como teoría del origen del deporte, es maquiavélica, inquietante y plausible.

Kenizé Mourad. Departe de la princesa muerta. Ed. Quinteto